- Alfombra persa - Nómada -
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(52 Alfombras)
Sumérjase en el fascinante mundo de las alfombras de Hamadán y su encanto intemporal
Las alfombras de la región occidental de Irán, en torno a la tradicional ciudad de Hamadán, se cuentan entre las alfombras orientales más versátiles y robustas que existen en la actualidad. Estas alfombras, que cuentan con una larga historia de artesanía, combinan una elegancia atemporal con una notable resistencia, lo que las convierte en favoritas tanto en espacios modernos como clásicos. Su capacidad para crear un ambiente acogedor y elegante a la vez las convierte en una elección popular para muchas aplicaciones diferentes.
Hamadán se encuentra a unos 300 kilómetros al oeste de Teherán y también sirve como término genérico para una gran cantidad de alfombras que se anudan a mano en los pueblos y ciudades de los alrededores. Esta región, caracterizada por la diversidad étnica y su riqueza en tradiciones de tejido, produce alfombras que pueden variar enormemente en cuanto a diseño, valor y densidad. Desde diseños sencillos y cotidianos hasta ejemplos finos y ornamentados, a menudo conocidos por topónimos específicos como Nahavand, Malayer, Toiserkan y Enjilas, Hamadán cubre un amplio espectro en el campo de las alfombras persas anudadas.
También se pueden encontrar aquí shahr-baff, término que hace referencia a alfombras exclusivas tejidas en entornos urbanos o similares a ciudades. Se caracterizan por un anudado de filigrana y motivos más complejos, lo que hace que las alfombras antiguas de Hamadán de este tipo sean piezas codiciadas, sobre todo entre coleccionistas y aficionados.
Para la producción se utilizan tanto fibras hiladas a mano como fibras producidas industrialmente, dependiendo del nivel deseado del producto final. Mientras que las lujosas alfombras persas suelen anudarse sobre urdimbres de algodón y fabricarse con lana virgen fina, que confiere a la alfombra oriental una flexibilidad especial, para las versiones más baratas se suelen utilizar hilos hilados a máquina y técnicas de teñido más sencillas.
Se fabrican en los numerosos pueblos de la región de Hamadán y luego se venden en la ciudad, considerada uno de los centros más importantes del comercio de alfombras iraní. La producción artesanal garantiza la alta calidad y autenticidad de cada alfombra. El uso de lana resistente, combinado con una alta densidad de nudos, hace que estas alfombras sean especialmente resistentes al desgaste, lo que las convierte en una inversión duradera para cualquier hogar.
Las alfombras orientales son conocidas por sus diseños variados y a menudo ornamentados, que se caracterizan por las distintas tradiciones de tejido de la región. Por lo general, predominan los medallones, las estructuras geométricas como rombos y las formas repetidas, que dan a las alfombras un aspecto armonioso y equilibrado. Destaca el patrón Herati, un motivo clásico que combina elementos florales y rombos y que se encuentra con frecuencia. A pesar del predominio de los diseños geométricos, tampoco son infrecuentes los diseños florales, como flores estilizadas y zarcillos, que dan a las alfombras un toque decorativo adicional.
Muestra | Significado de |
Boteh | Eternidad y ciclo vital |
Herati | Felicidad y prosperidad |
Mihrab | Oración y espiritualidad |
Gul | Flor, representa la belleza y la naturaleza |
Shah Abbasi | Esplendor y nobleza, nombre del sha Abbas |
La paleta de colores de las alfombras persas es tan variada como sus estilos y refleja los recursos naturales de la región. Tradicionalmente, dominan los tonos azules fuertes, que se obtienen de la planta índigo, y los rojos cálidos, que proceden de la raíz de la rubia. Estos brillantes colores primarios, que aportan un bello contraste, se complementan a menudo con toques de marfil y beige hechos con cáscaras de nuez, que añaden profundidad y contraste a los motivos al tiempo que crean un equilibrio armonioso. Son biodegradables y duraderos. El uso de tintes naturales no sólo contribuye al carácter estético de las alfombras, sino que también garantiza que los tonos envejezcan maravillosamente con el tiempo y desarrollen una atractiva pátina.
A menudo son signo de productos artesanales éticos y sostenibles. Estas prácticas apoyan a las comunidades de artesanos tradicionales y contribuyen a preservar técnicas milenarias cada vez más amenazadas por los métodos de producción industrial. Estas técnicas se han utilizado durante siglos y son un signo de alta artesanía y conocimientos transmitidos de generación en generación. El teñido manual de los hilos también contribuye a la singularidad de cada alfombra, ya que los tonos de color pueden variar ligeramente, acentuando el carácter artesanal.
Conocidas por su robustez y durabilidad, las alfombras anudadas a mano son ideales para zonas de la casa muy transitadas, como vestíbulos y zonas de entrada, donde no sólo sirven como elemento decorativo sino que también soportan el desgaste diario. También confieren un ambiente cálido y acogedor a salones y comedores, mientras que su textura suave y sus matices tranquilizadores crean un entorno acogedor y relajante en el dormitorio. Su diseño versátil permite utilizarlos en casi cualquier habitación de la casa, añadiendo un toque de estilo oriental.
Las alfombras Hamadan están disponibles en una amplia gama de tamaños y formas para adaptarse a diferentes necesidades y preferencias. Desde alfombras más pequeñas que quedan perfectas en pasillos estrechos o zonas de entrada hasta alfombras grandes que pueden actuar como punto focal en un salón, ofrecen numerosas opciones de diseño interior. La mayoría de las alfombras son rectangulares, pero también hay variantes cuadradas y redondas que encajan armoniosamente en diferentes conceptos de habitación.
En nuestra tienda también encontrará alfombras clásicas en los llamados tamaños Saronim. Este término es común en la tradición de las alfombras persas y corresponde aproximadamente a 1,5 x 1 metro. Estas dimensiones se utilizaban antiguamente para sentarse o con fines ceremoniales y culturales. Las alfombras Saronim son especialmente prácticas para colocaciones especiales, como en zonas de entrada o como piezas de acento en salones y dormitorios.
Las alfombras Hamadan son relativamente fáciles de cuidar, pero deben seguirse algunas normas básicas para preservar su belleza y longevidad. Pasar el aspirador con regularidad, preferiblemente sin cepillo, elimina el polvo y las partículas de suciedad que pueden quedar atrapadas en el pelo. En caso de manchas, hay que actuar con rapidez: hay que quitarlas con cuidado con un paño húmedo y no frotar para no dañar las fibras. Se recomienda una limpieza profesional cada pocos años para eliminar la suciedad adherida y refrescar el color sin dañar la pátina natural de las alfombras.
Las alfombras Hamadan son una excelente elección para quienes valoran la belleza clásica. Su variedad de diseños y colores, así como su meticulosa elaboración artesanal, las convierten en un ejemplo sobresaliente del arte de las alfombras orientales, que pueden utilizarse tanto en estilos de interior clásicos como modernos. Gracias a su robustez y versatilidad estética, no sólo son un práctico revestimiento para el suelo, sino también un elemento decorativo que realza cualquier estancia y crea un ambiente cálido y acogedor. Enriquezca su hogar con una pieza de alma oriental y artesanía que puede durar generaciones.
La ciudad de Hamadán está situada a unos 300 kilómetros al oeste de Teherán. Los numerosos pueblos de la provincia suelen producir alfombras comerciales de gran calidad. Gozan de buena reputación, están anudadas a mano y decoradas con diseños geométricos y florales. El uso de lana virgen de alta calidad y la artesanía tradicional, habitual en las alfombras persas, las convierten en alfombras duraderas y resistentes.
Sí, gracias a la gran pericia en el uso de materiales robustos y nudos apretados, son excelentes para zonas de mucho tránsito, como vestíbulos, zonas de entrada y salones. Soportan el desgaste diario y conservan su forma y color durante muchos años, lo que las convierte en una elección práctica y duradera.
Los motivos típicos incluyen formas geométricas, medallones y el patrón Herati, que consiste en rombos y elementos florales. En cuanto al color, predominan los tonos rojos y azules fuertes, claramente persas, que se crean con tintes naturales como el índigo y tintes vegetales (por ejemplo, la rubia). Los tonos beige y marfil, que a menudo se obtienen de la cáscara de nuez, completan la paleta de colores y aportan contrastes armoniosos.
El mantenimiento es relativamente sencillo. Aspirarlas regularmente sin cepillo ayuda a eliminar el polvo y la suciedad. Las manchas deben quitarse inmediatamente con un paño húmedo sin frotar para no dañar las fibras. Una limpieza profesional cada pocos años puede ayudar a refrescar la gama de colores y eliminar la suciedad incrustada. Bien cuidados, pueden pasar a las generaciones futuras como reliquias.